INTIMIDAD DEL PACIENTE Y FAMILIA

Como ya he comentado en anteriores blogs, pienso que el mantenimiento de la intimidad de los pacientes dentro del hospital es a veces olvidada a favor de otros aspectos más técnicos. Creo que para subsanar este problema deberían de realizarse algunos cambios. A pesar de ello, las soluciones más factibles acarrean consigo también una serie de inconvenientes, porque si nos planteamos: ¿cuál es el problema? El problema es la intimidad del paciente por lo en el caso de la sala de triaje de enfermería podríamos subsanarlo  valorando a los pacientes de uno en uno, pero claro esta solución conlleva menor fluidez en la lista de espera de urgencias para los pacientes que esperan atención.

Otra solución, que es la que considero que debería de hacerse teniendo en cuenta el volumen asistencial de pacientes, sería habilitar otra sala de triaje, lo que solucionaría las listas de espera pero entraríamos en conflicto con la falta de recursos económicos, ya que una segunda sala de clasificación de pacientes precisaría otro profesional sanitario cualificado más a contratar. Por lo que dada esta situación considero que los pacientes deben pasar de uno en uno intentando valorarlo de forma global de la manera más rápida y eficiente posible y de manera excepcional, 2 pacientes.

Pero considero que a raíz del tema de la intimidad del paciente surgen otros muchos más que la mayoría de las veces se pasan por alto o ignoran en servicios tan rápidos.

Estoy hablando de la esfera psicosocial del paciente. Me doy cuenta de que muchas veces cuando un paciente acude a urgencias por depresión, inestabilidades anímicas o malestar emocional( muchos de ellos bajo tratamiento psiquiátrico o psicológico), le restamos importancia y no nos parece una urgencia y puede que a no ser que haya indicios de intento autolítico por parte del paciente, no sea en sí una urgencia, pero eso debería de ser valorado igualmente y preocuparse por esa persona, porque no sólo nos afectan los dolores físicos.
De hecho muchas veces los dolores emocionales pueden marcar mucho a una persona y traer consigo muchos más problemas  y creo que enfermería no debería olvidar nunca este aspecto. No somos simples cuerpos, sino personas.

Si queremos que nuestros ciudadanos se beneficien de un concepto de salud entendido como la plenitud de la felicidad de la persona, es muy importante que nos formemos en estos y otros aspectos éticos. El establecimiento de políticas de salud en las que se fundamente el respeto por la autonomía y la dignidad humanas y que los gestores y los Comités de Ética de las Instituciones garanticen unos cuidados enfermeros centrados en el cuidado a la intimidad.

La intimidad necesita de un espacio físico que la mayoría de las veces (los profesionales sanitarios) consideramos como propio y en el cual nos podemos mover deliberadamente. Los participantes en este espacio privado e íntimo son la pareja, el familiar o el amigo que acompaña a lo largo de toda la estancia hospitalaria, a pesar de que en este servicio las visitas estén limitados. Pero muchas veces por eso con más razón debemos respetar estos momentos de intimidad también con los acompañantes.

De hecho creo que una de los aspectos que más valoran los pacientes es el trato afectivo y la preservación de la intimidad por nuestra parte.

Nos olvidamos también de los familiares como ya comenté en anteriores blogs. No nos damos cuenta de que están englobados en la esfera social del paciente y que son un eje importante para el estado anímico y la recuperación del paciente.

Volviendo a todo lo que rodea la palabra INTIMIDAD, estuve buscando información que hablara sobre este aspecto en el ámbito sanitario y encontré  el Plan de mejora de la Intimidad del Ciudadano del Hospital Regional Universitario “Carlos Haya” (Comunidad de Andalucía) que presenta las siguientes líneas de acción:

Línea 1: Actuaciones encaminadas a la reestructuración o modificación de las
instalaciones y adaptación del entorno espacial.

Línea 2: Actuaciones relativas a la modificación, reforma o incorporación de normas o instrucciones de carácter interno respecto de procesos asistenciales y de atención general.

Línea 3: Actuaciones dirigidas a la sensibilización de los profesionales sanitarios y no
sanitarios mediante su formación.

Línea 4: Actuaciones relativas a completar, con aspectos relacionados con laintimidad, las guías de práctica clínica y protocolos de actuación no asistenciales.

(http://www.carloshaya.net/uchematologia/media/plan%20intimidad_2009.pdf)

Algunos de estos cuatro puntos conllevarían un gasto económico (como son los cambios estructurales) pero otros de los puntos hablan de aspectos mucho más cercanos y factibles para poderlos llevar a cabo. Me refiero a los puntos 3 y 4.

Tanto las charlas como los cursos a los profesionales vendrían bien para ello y por supuesto protocolos de actuación ante situación conflictivas y/o difíciles. En algunas unidades estos protocolos existen, pero para situaciones específicas, por lo que considero que podría profundizarse mucho más este tema.

A continuación, creo que esta imagen refleja muy bien cómo pueden llegarse a sentir algunos pacientes en el hospital…