martes, 15 de enero de 2013

NIVEL II



Esta semana ha comenzado de manera más caótica. A medida que ha avanzado la mañana, el servicio de urgencias se ha ido saturando, tanto que a parte de las camas ya establecidas, los pasillos estaban abarrotados de pacientes y estábamos desbordados.

En cuanto ha llegado la hora de visitas, los familiares se han quedado perplejos  al ver cómo estaba el servicio y se notaba en el ambiente y la tensión. Muchos de ellos se agobian cuando observan que el servicio está saturado porque piensas que de esa forma su familiar estará peor atendido y se le prestará peor atención pero la mayoría se muestran comprensivos y participativos en todo lo que pueden.

Es una pena que habiendo espacio estructural en el hospital, muchos pacientes tengan que permanecer en los pasillos y todo porque se han ido cerrando camas por falta de presupuesto. De hecho existe una zona en frente de la sala de observación completamente vacía que se abría para pacientes de media estancia y que actualmente permanece totalmente inutilizada.

Con este tipo de situaciones nos vemos obligados a inventarnos “camas imaginarias”. Con esto me refiero a esas camas de pasillo que están rotuladas con papel y bolígrafo en la pared y sujetas con esparadrapo, cosa que me parece lamentable…

A  parte me parece un peligro de seguridad en cuanto a la identificación de los pacientes ya que la mayoría de los que permanecen en el pasillo parecen estar en “tierra de nadie” y en ocasiones mal identificados, ya sea porque falte la carpeta correspondiente con su nombre o porque ni siquiera esté rotulado en la cama de qué paciente se trata.

Entiendo que es un servicio que atiende a muchos y diversos pacientes  y que el tema de que tengan que estar en los pasillos porque el servicio esté repleto de pacientes no sea culpa nuestra pero creo que una buena identificación del paciente es esencial tanto para la seguridad del paciente y evitar errores como para facilitar nuestro trabajo.

En otros servicios en los que estuve, tales como pediatría, a la hora de administrar medicación siempre se seguía la regla de las 5 “C” estrictamente y considero que siempre deberíamos revisar y rotular los medicamentos que vayamos a administrar, pero en este servicio, no se si por la rapidez que requiere el mismo o por otro motivo que se me escapa, el rotular las 5 “C” no se lleva a cabo prácticamente nunca.
v  Regla de las 5 “C”

1.      Paciente correcto
2.      Medicamento o fármaco correcto y fecha de caducidad del mismo
3.      Dosis correcta
4.      Vía de administración correcta
5.      Hora de administración correcta

Considero que lo que anteriormente he nombrado sería lo menos que habría que revisar antes de administrar ningún medicamento. También considero que todos los ítems anteriores (a excepción de la fecha de caducidad, que sólo sería necesario revisarlo, no rotularlo) deberían de apuntarse en el suero o jeringa con el que se le vaya a administrar. De esta forma evitaremos fallos en la administración de fármacos y aunque perdamos unos segundos en rotularlo, ganaremos seguridad para nosotros y para el paciente. Y por supuesto nunca olvidar el revisar las ALERGIAS A MEDICAMENTOS que pudiera tener el paciente.
De todas formas se podría ser aún más exhaustivo con respecto a las medidas de seguridad a tomar en este tema pero con lo antes citado cubriríamos la seguridad del paciente.
El protocolo más completo a seguir según el Hospital psiquiátrico de Álava (siguiendo los consejos del servicio de farmacia) contempla las siguientes reglas a seguir:
REGLAS PARA LA ADMINISTRACIÓN SEGURA DE
MEDICAMENTOS

I. Administrar el medicamento correcto.

·         Identificar el medicamento y comprobar la fecha de caducidad el mismo.
·         Comprobar el nombre de la especialidad al preparar el medicamento.
·         Comprobar el nombre de la especialidad al administrar el medicamento.
·         Ante la duda, no administrar y consultar.
·         Se desechará cualquier especialidad farmacéutica que no esté correctamente
identificada.

II. Administrar el medicamento al paciente indicado.

III. Administrar la dosis correcta.

·         Siempre que una dosis prescrita parezca inadecuada, comprobarla de nuevo.
·         Si existen dudas ante dosis no usuales, efectuar doble control con otro personal
del equipo de enfermería.
·         Siempre realizar doble control cuando se administre: digoxina, insulina,
heparina, sangre, adrenalina, narcóticos y sedantes.

IV. Administrar el medicamento por la vía correcta.

·         Si la vía de administración no aparece en la prescripción, consultar.
·         V. Administrar el medicamento a la hora correcta
·         Comprobar el aspecto del medicamento antes de administrarlo, posibles
precipitaciones, cambios de color, etc.
·         Se debe prestar especial atención a la administración de antibióticos,
antineoplásicos y aquellos que exijan un intervalo de dosificación estricto.

VI. Registrar todos los medicamentos administrados.

·         Registrar y firmar lo antes posible la administración del medicamento.
·         Si por alguna razón no se administra un medicamento, registrar en la Hoja de
·         Evolución de Enfermería especificando el motivo.
·         Cuando se administre un medicamento “según necesidades” anotar el motivo de
·         la administración.
·         No olvidar nunca la responsabilidad legal.

VII. Informar e instruir al paciente sobre los medicamentos que recibe.

VIII. Comprobar que el paciente no toma ningún medicamento ajeno al
prescrito.

IX. Investigar si el paciente padece alergias y descartar interacciones
farmacológicas.
X. Antes de preparar y administrar un medicamento lavarse las manos.

1 comentario:

  1. Muy bien Ana. Describes bien la problemática observada en la organización de Urgencias, y las posibles consecuencias nefastas que puede tener trabajar con tal organización. Muy buena visión critica. Identificas los errores en la administración de medicación como un problema potencial presente y añades las reglas para la administración segura. Por añadirte algo, yo hubiese mirado o indagado si en algún lugar se plantean soluciones factibles para este tipo de problemática, la sobresaturación de los servicios de urgencias

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